PASCUA DEL ENFERMO

El domingo VI de Pascua celebramos en la Iglesia la Pascua del Enfermo. 

Es un día en el que la Parroquia pone en el centro de la celebración a los enfermos y mayores y celebrado la Unción comunitaria. Es un día especial también para las que forman parte del grupo de Pastoral de la Salud.

Este año no lo podemos celebrar en el templo porque seguimos confinados; pero sí lo podemos celebrar en esa iglesia doméstica que es nuestra familia. 

En la oración de este domingo, que nos acordemos de los enfermos, los que están sufriendo el coronavirus y tantos que siguen sufriendo tantas enfermedades; no nos olvidemos de los que sufren la soledad ahora por estas circunstancias y los que la padecen de manera habitual.


En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la Cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido, no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor
es sólo la llave santa de tu santa puerta.